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En numerología, el precio de nuestras remeras, $27.000, se asocia con una profunda conexión espiritual, la intuición y el altruismo.

En un mundo donde la superficie es reina y todos llevan máscaras hechas de opiniones ajenas, existe un acto radical: mirar adentro.

Nació encadenada a la idea de la perfección. Durante años, su rostro fue una máscara sin nombre, sin voz, solo un eco de lo que los demás querían ver en ella. Sí, era Musa, pero prisionera de su propia imagen.

Nacieron del mismo pulso, dos almas separadas por el reflejo. Uno habitaba la luz, el otro, la sombra. No eran opuestos, sino nudos que el universo había dividido para aprender a reconocerse.

EIDOLON nació como una silueta sin nombre, una sombra que caminaba entre los ecos de lo que aún no era. En su mundo, todo parecía inalcanzable. Las luces eran solo reflejos lejanos y las voces del pasado repetían la vieja canción: la de no tener form

Dicen que los gatos negros son portales. El mío, Momo, lo era.